A menudo nos encontramos con personas que se olvidan de que Dios los amó, con todas las manías habidas y por haber en sus vidas, y tratan al pobre y débil cristiano nominal, como si este no fuera digno de la sangre que nos limpia de todo pecado. La sangre preciosa de Jesús.
Y estas cosas acontecen en todas partes y a muchos; aunque no fueren músicos, pero si anhelamos ser eficientes y excelentes en el ministerio musical, debemos erradicar cada día, aquellas cosas que interrumpen la comunión y la unidad entre los músicos. El salmo 133, nos lo dice muy bien a todos.."
Pastor Manuel Romero (El músico santo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario