lunes, 2 de mayo de 2011

Un abrazador de la visión

Dios nos ha dado una visión para el trabajo de hacer que los perdidos conozcan al único, Salvador y Señor Jesucristo, el Hijo del Dios viviente.
Cuando mencionamos "visión", nos referimos al conjunto de verdades y principios de las Sagradas Escrituras, que por revelación del Espíritu Santo, el Señor nos ha entregado a esta familia que se llama Movimiento Cristiano y Misionero: Por ejemplo: Llamamiento, Guía del Espíritu Santo, Vida de Fe, Discipulado y sentido de cuerpo ministerial.
Tomemos como referencia un texto áureo: ".. Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.." (Habacuc 2:2). El nombre del rpofeta Habacuc, que es el autor de este libro, deriva de una palabra hebrea que para nosotros significa: "abrazo" o "abrazador" o "el que abraza"
La mas urgente necesidad en esta época, es de ser un abrazador de la visión, y esto tiene que ver con una determinación, convicción y fe absoluta, "..Creí, por lo cual también hablé..", dice el apóstol Pablo. (2º Corintios 4:13).
Se requiere renunciamiento de todo lo que es egoísmo, avaricia y ambición personal para abrazar la visión de Dios o permitir ser envueltos en el abrazo de Dios a través de esta visión. De hecho, la humanidad toda necesita el abrazo del amor y la contención que viene de Dios por medio de su pueblo.
Cotidianamente encontramos personas de todas la edades que sufren traumas producidos por la falta del abrazo afectuoso de sus padres, y el abrazo del amor práctico. Las personas con estas características muestran una deformación de su personalidad, tienen un concepto desvirtuado de lo que es el amor, y esto genera resentimiento, bronca, odio, profunda depresión, rebeldía, que conducen a las drogas, delincuencia, cárcel, muerte, etc. Este es el cuadro que nos hace ver la condición que vive el mundo sin Cristo.
De la misma manera, en el sentido espiritual, quién no ha sido abrazado por la visión de Dios, sino que al contrario, ha vivido deambulando de congregación en congregación, o de visión en visión, sufre una deformación de carácter espiritual y ministerial, y tenemos a un creyente traumado, lleno de heridas y quejas. Por eso hago énfasis en abrazar la visión de Dios, que nos permite tener a un cristiano sano, fuerte, bien desarrollado y útil.
Pastor Carlos Cabrera (Abrazar la visión como carrera)

No hay comentarios:

Publicar un comentario