lunes, 22 de marzo de 2010

En la ruta del desierto

"..Hágase usted esta pregunta: ¿Si hubiera pertenecido de la congregación que salió de Egipto me hubiera quejado por tener que tomar la ruta del desierto?
Sinceramente, la mayoría de nosotros se hubiera quejado y cuestionado la decisión de ir por el desierto en lugar de ir directamente a la Tierra Prometida. Dios tenía una razón que los hombres no podían comprender. El sabía que el pueblo necesitaba entrenamiento para la guerra antes de enfrentarse a los gigantes que vivían en la tierra de Canaán. También necesitaban aprender la importancia de obedecer las leyes que Dios le había dado a Moisés y someterse a la autoridad de sus líderes.
"..¡Hombre, la Tierra Prometida está a la vista! ¡El ministerio que siempre he querido, la compañera que me hará feliz, el trabajo que necesito, la casa que tengo que tener! ¿Esperar? No lo creo ¡Voy a empezar a remar con todas mis fuerzas!.."
Muchas personas se inquietan espiritualmente y poco a poco olvidan cómo fueron recibidos al servicio de la iglesia por el Espíritu Santo. Entonces comienzan a preocuparse por alcanzar sus metas ministeriales en la menor cantidad de tiempo posible.."
Pastor David Barlok (Barcas sin remos)

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