sábado, 9 de abril de 2011

Llevando el pan de Dios

Hay un interés en el mundo por la Palabra de Dios. Hay hambre en la tierra, y no es hambre de pan sino de oír la Palabra de Dios. He aquí vienen días, dice el Señor, en los cuáles enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan ni sed de agua, sino de oir la palabra de Dios.
Yo creo que estamos pisando ese terreno profético. En este nuevo milenio se acercó el tiempo del gran hambre profetizado, pero no hambre de cosas materiales sino de oir la Palabra de Dios. Estamos viendo el cumplimiento de la profecía.
La característica de la gente será el deseo de escuchar la Palabra de Dios. Querrán oir la palabra pura, verdadera y auténtica de Dios y la buscarán. Vendrán a los templos. Llenarán los lugares donde se predica esta palabra, porque la crisis está acechando a la gente, y está haciendo que busquen la Palabra de Dios como una palabra final para dar solución a sus problemas.
Creo con toda certeza que la Palabra de Dios tiene la respuesta para todas las necesidades del hombre, sean éstas espirituales, físicas, morales, familiares o financieras. Benditos los que podemos oir lo que dice la Biblia, que es la voz de Dios, la cual nos da un mensaje directo al corazón y cuando oimos esta palabra y la creemos, el poder de Dios produce milagros en la vida que la recibe.
Es allí cuando la persona se transforma, porque: "..No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.." Llegó el tiempo en que a causa de la gran crisis que hay en el mundo, Dios ha levantado a su iglesia y a su pueblo en general para que seamos protagonistas. Debemos llevar el evangelio a la gente perdida. Mas que ninguna otra cosa, la humanidad hoy necesita la Palabra de Dios. Con darle un plato de comida, ropa o calzado no solucionamos el problema mas importante.
La gente tiene una necesidad adentro, en el alma, en el espíritu, que solamente Dios puede llenar. Sólo a través de su palabra será suplida la necesidad que tiene el hombre. Por eso, es necesario que como iglesia tengamos acumulada la palabra dentro nuestro, para poder dar así el pan de Dios y saciar el hambre de la gente.
Pastor Carlos Cabrera (Interés por la Palabra de Dios)

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